Las realidades del vivir cotidiano vistas con humor, no dejan de ser realidades pero son más amables. La sociedad está llena de héroes desconocidos, a ellos quiero dedicar mi atención. La poesía tendrá aquí un pequeño espacio.

viernes, 7 de septiembre de 2007

EXPERIENCIAS EXTRACORPÓREAS

Texto extraído de la revista CONSUMER.es.EROSKI. Las imagénes son de Internet .







El descubrimiento procede de dos trabajos similares realizados por equipos independientes y publicados el pasado agosto en la revista Science. Y vienen a ser, en realidad, la continuación de observaciones casuales en años anteriores por parte de uno de los equipos, el liderado por Olaf Blanke, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza). Este grupo examina a pacientes de epilepsia que deben ser operados. Antes de la intervención, para localizar el foco de los ataques e identificar áreas vecinas con funciones importantes que deben preservarse, los neurólogos implantan docenas de electrodos en el cerebro, y los activan uno a uno mientras piden al paciente que describa lo que siente. Es un procedimiento que ha dado lugar a muchas sorpresas en la neurociencia.

De lo místico a lo científico

En 2006 Blanke describió en Nature el caso de una mujer de 22 años sin problemas psiquiátricos a la que la estimulación de un área precisa del cerebro, la unión temporoparietal, le hizo sentir que había una persona tras ella. La paciente relataba que la figura adoptaba sus mismas posturas, y no reconocía esa sombra como una ilusión de su propio cuerpo. En cierto momento -relatan los investigadores- se pidió a la paciente que se inclinara hacia adelante, lo que provocó la sensación, descrita como desagradable, de que la sombra la abrazaba.

Acercar ciertas experiencias místicas a la ciencia podría ayudar a entender síntomas paranoicos o incluso la esquizofrenia
No es el único caso de experiencia extracorpórea que exhibe el grupo de Blanke. En la revista especializada Brain fueron descritos en 2004 los casos de otros varios pacientes, como el de una mujer que declaró: «Me veo a mí misma en la cama desde arriba, pero sólo veo mis piernas. [...] Estoy en el techo». La escena vista por la paciente, que se sentía muy intrigada y sorprendida, incluía a las otras tres personas en la habitación vistas desde arriba. La experiencia se repitió varias veces.

Estos trabajos han ayudado a atraer a la investigación «seria» fenómenos a los que antes pocos neurocientíficos querían acercarse. «No era un campo muy estudiado porque se relacionaba con experiencias místicas, un mundo no científico...», explica Javier de Felipe, del Instituto Cajal de Neurociencias del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en Madrid. «Pero ver que se trataba de investigaciones con todos los controles ha convertido este tema en algo muy interesante». De Felipe confiesa su asombro la primera vez que escuchó a Blanke exponer su trabajo.

Cerebro y espacio

Una de las potenciales aplicaciones de estos hallazgos, según sugirieron el año pasado en Nature Blanke y sus colegas, es que podrían ayudar a entender síntomas paranoicos o incluso la esquizofrenia, que puede incluir la sensación de que el autor de las propias acciones es otra persona. Pero ¿por qué se producen estas sensaciones? «Los estudios de Blanke con pacientes epilépticos despiertos sugieren que las experiencias de disociación entre el yo y el cuerpo surgen de un fallo en la integración de información somatosensorial y vestibular del cerebro», afirma De Felipe. «Es decir, son investigaciones muy importantes para estudiar cómo el cerebro es capaz de sentir nuestro cuerpo en relación al espacio, y cómo nuestro yo está dentro de esos límites espaciales. Las alteraciones de estos circuitos dan lugar a los viajes astrales, las transformaciones ilusorias...».

Además, estos trabajos prueban que el fallo cerebral que genera las ilusiones puede ser inducido estimulando áreas concretas del cerebro, áreas implicadas en la integración de la información. La espiritualidad de los viajes extracorpóreos queda reducida a un literal cruce de cables. De hecho, afirma De Felipe, no es casual que este tipo de experiencias sean descritas a menudo por personas en situaciones extremas, donde por ejemplo puede haber falta de oxígeno en el cerebro -montañeros, durante ayunos, o cuando se sufre una privación sensorial, por ejemplo. Se cree que una de cada diez personas declara haber tenido una experiencia extracorpórea en algún momento de su vida.







3 comentarios:

Raquel Márquez dijo...

Qué interesante. Si me preguntas, yo creo que todo lo que existe es material, así que lo supuestamente extra corpóreo tiene que ser corpóreo para que yo me lo crea. Estoy bastante segura de que no hay nada que no sea corpóreo, y eso no me quita un ápice de ilusión ni de sentimiento, pero toda ilusión y sentimiento está en mi cuerpo... y en el de los demás!

Franziska dijo...

Porque tú no has sufrido ninguna experiencia de ese tipo. Fíjate que el porcentaje de un 10% de la población, sólo en España. significa cuatro millones de personas. Que todo tenga una explicación científica a mí me parece lógico. No es que lo que me pasó a mí fuera muy importante pero yo tuve una alucinación producida por un micro-sueño del que yo no fui consciente. Durante muchos años estuve pensando que mi madre se me había aparecido (pero esto no se lo contaba a nadie temía que creyeran que estaba loca, -ni siquiera se lo dije a mí marido- pero viví un tiempo mágico). La experiencia no volvió a repetirse.
Hace ocho años asistí a un cursillo sobre la calidad del sueño. Fue entonces cuando pude entender que todo había sido una alucinación producida por un micro-sueño. Hay que reconocer que la cruda realidad es tranquilizadora pero, sin duda, lo de la aparición fue mucho más emocionante.

. dijo...

es interesante en el sentido que pueden lograr descubrir alguna cura para la ezquizofrenia, o ese tipo de enfermedades mentales, que tanto sufrimiento causan
ojalá se logre algo alguna vez

un abrazote!

Evaristo Valle