ES TIEMPO DE BERREA

FRUTO DEL MADROÑO

FRUTO DEL SERVAL

AVELLANAS

ES TIEMPO DE BERREA
Durante el mes de septiembre, la mayor parte de los árboles han culminado sus frutos para que en octubre maduren y estén, en su justo punto de sazón, a disposición de todos los moradores de la naturaleza.

Castañas, avellanas, nueces, hayucos y bellotas caen al suelo como un maná que proporcionará a los animales una buena capa de grasa para pasar sin sobresaltos el próximo invierno. Otras plantas también dan frutos: el serval de los cazadores, el madroño y el acebo se convertirán en excelente alimento para los meses de invierno. Las setas empiezan a abundar: boletos, coprinos y champiñones se hallan por todas partes.

SETAS DE LOS ENCINARES

Es octubre un mes de amoríos entre los grandes herbívoros que habitan el bosque. Comienzan los primeros escarceos de muflones, rebecos y cabras monteses y se hallan en pleno celo los gamos –inconfundibles por sus profundos y cortos ronquidos- y sobre todo, los ciervos que dejan oír sus bramidos y el entrechocar de sus cuernas durante todos los días de este mes. Es tiempo de berrea.

EL REY DEL BOSQUE
El ciervo habita fundamentalmente en bosques caducifolios, mediterráneos y mixtos, con amplios prados donde pastar. Las preferencias por un tipo de bosque u otro vienen dadas por la cantidad de alimento que puedan conseguir a lo largo del año.

El rebaño de los más jóvenes y las madres es siempre guiado por una hembra vieja que organiza una rígida jerarquía entre las demás estableciendo un auténtico matriarcado. Ella es la encargada de desplazar y detener al grupo y elige los lugares de descanso y la comida de la manada.

Los ciervos se alimentan exclusivamente de hierbas y gramíneas que toman pastando en los prados. Ramonean tallos tiernos, yemas de árboles jóvenes y cortezas. También comen hayucos, bellotas, castañas y moras.

Todos los movimientos del ciervo son ligeros, gráciles y elegantes. Da saltos prodigiosos y supera, con la mayor facilidad, obstáculos de toda especie y, en caso de necesidad, atraviesa a nado lagos y ríos.

Los sentidos más desarrollados de este animal son el oído, el olfato y la vista. Es capaz de oler al hombre a una distancia de 600 pasos y su oído es tan agudo que no se le escapa ni el más leve rumor. Es de naturaleza tímida y miedosa y no se muestra muy astuto ni inteligente. El macho es en extremo egoísta. No piensa más que en sí mismo. Trata a la hembra violentamente y, llega incluso a maltratarla durante la época de celo. La hembra, en cambio, ama y se ocupa con toda ternura de sus hijos. El ciervo siente por los otros animales indiferencia o antipatía: teme a los fuertes y maltrata a los débiles. La hembra es adulta a la edad de tres años mientras que para el macho han de pasar algunos más para poder dominar a la hembra.

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